Una manera práctica y divertida de enseñar a ahorrar a los niños es a través de una alcancía. Diseños de alcancías existen muchas, pero en México, las alcancías más icónicas son las que son hechas de barro o yeso y tienen forma de puerquito. Las expresiones “romper el cochinito” son un claro ejemplo de cómo la figura de las alcancías se ha vinculado directamente con el ahorro y lo importante que éste es en casos de necesidad, pues ese dinero puede representar, para muchas personas, un auxilio para imprevistos económicos.
Es más fácil desarrollar una cultura del ahorro si se nos inculca desde pequeños, pues ahorrar es un hábito que se tiene que adquirir. De este modo, debemos motivar a nuestros hijos para que ahorren el dinero que le llegamos a dar. Para incentivarlos a realizar esta actividad, tenemos que encontrar diversas formas en las ahorrar sea una actividad divertida, más que un deber. Podemos contarles historias, inventar juegos o regalarles una alcancía divertida que los motive a estar llenándola constantemente.